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Por Javier Fernández Blanco, especialista en emprendimiento y finanzas
Implantar Modelos Compliance en nuestras entidades jurídicas, debería ser una constante en un entorno empresarial donde el Buen Gobierno Corporativo y la excelente Gestión Empresarial fueran los principios rectores básicos de quien ha apostado y apuesta su esfuerzo y patrimonio para crear, sostenidamente, riqueza, empleo y utilidad social, objetivos inequívocos de todo buen empresario.
Desde hace algunos años, existe una no muy acertada tendencia que confunde al emprendedor con el empresario. No todos los emprendedores necesitan demostrar su capacidad como tales siendo empresarios, ni todos los empresarios son emprendedores, aunque se lo crean y lo parezcan. En más de 30 años de profesión, hemos sido emprendedores sin haber constituido una empresa para demostrarlo, hemos constituido empresas sin haber sido emprendedores, simplemente, movidos por una iniciativa concreta, y hemos sido, en ocasiones, emprendedores y empresarios. Esta cuestión, será objeto de reflexiones futuras en este foro.
En cualquier caso, el buen empresario es el que crea, de forma sostenida, riqueza para su entorno, empleo y utilidad social. Y todo ello tiene un origen: su compromiso inequívoco con el cumplimiento de toda la legislación, reglamentación y normativa, civil y penal, que afecta a su empresa y que le afecta como Administrador, lo sea de iure o lo sea de facto, como se han encargado nuestros legisladores en dejar cristalino.
Lo anterior es el principio básico de los Modelos Compliance que deberían estar presentes en la estrategia corporativa (de negocio y social) y en la gestión empresarial de cualquier entidad jurídica, formando parte de sus creencias, valores y comportamientos, elementos de la Cultura de una Organización. Sólo desde este punto de vista, podremos entender el mensaje de la presente reflexión.
En efecto, son todavía una minoría las entidades jurídicas que han establecido en su seno un adecuado Modelo Compliance Integral. Teniendo en cuenta que nuestra demografía empresarial establece que el 99,78 % de las empresas con asalariados en España son PYMES (menos de 250 trabajadores), 1.488.477 sobre 1.491.765 (INE-DIRCE), no es de extrañar que los Modelos Compliance establecidos lo estén en la minoría precitada (en mucha gran empresa con rimbombancia de recursos y medios de excesiva apariencia y poca efectividad y en muy escasas PYMES, en muchos casos, sin saber lo que realmente han contratado al respecto). Y hasta que la gran empresa (más de 250 trabajadores, 3.288 sobre 1.491.765, el 0,22 % de nuestras empresas con asalariados) no “exijan” comercialmente a sus proveedores (grandes y medianas empresas) el establecimiento de un Modelo Compliance y éstos, a su vez, hagan lo propio con los suyos (medianas y pequeñas empresas), el camino hacia la excelencia en Cumplimiento será muy largo.
No obstante, un ruego a aquellas entidades jurídicas que sí ha demostrado interés por este tema. Como en todos los sectores, y si son emergentes más, hay de todo en la oferta. Por favor huyan de quien les diga que les implanta un Modelo Compliance en unos días, de quien les entregue “papeles y papeles” sin haber realizado un riguroso análisis previo de su organización en todos los sentidos, de quien les diga que les implanta un software que se “encarga de todo”, de quien les asegure que con lo que le hacen “estarán siempre a salvo de sus responsabilidades civiles y penales”, de quien les diga que “si le contratan la formación bonificada, les regala el Compliance, de quien les ofrezca “un Compliance Low Cost con una cuota fija mensual”, etc., etc., etc. Son prueba evidente de servicios de fraude o, como la moda denomina, de “Fake Compliance”.
Volviendo al asunto nuclear, un adecuado Modelo Compliance Integral (no sólo penal) supone una componente de reforzamiento de una estrategia corporativa y de una gestión empresarial acertada, que aporta retorno a la inversión realizada en el mismo, ya que contribuye a una mayor eficiencia en la organización, a la generación de nuevos ingresos, al ahorro de gastos y al incremento del Enterprise Value o Valor de Empresa, elementos clave del precitado retorno. Resumimos:
Mayor eficiencia en la organización
El adecuado Modelo Compliance Integral establecido (Política, control de recursos financieros, identificación y valoración de riesgos, manual de prevención y de procedimientos, código ético, órgano de supervisión, canal de denuncias y sistema disciplinario, plan de comunicación, plan de formación, indicadores de cumplimiento y verificación del modelo) contribuye de forma contundente a la mejora de las estructuras operativas y de los procesos productivos. Asimismo, contribuye a la existencia de un clima laboral muy atractivo para todas las personas que forman parte de la organización, favoreciendo su desarrollo profesional, incrementando su motivación, su sentimiento de pertenencia al equipo y, en consecuencia, aumentando su productividad y mejorando la imagen que transmiten de la organización. Todo lo anterior también supone un ahorro de gastos.
Generación de nuevos ingresos
El adecuado Modelo Compliance Integral establecido responde al estándar de una exigencia, cada vez más elevada en nuestra Sociedad, de existencia de organizaciones empresariales transparentes, visibles, sanas, sólidas y sostenibles, que suponen gobiernos corporativos limpios, ordenados, organizados y comprometidos con sus grupos de interés. Lo anterior, adecuadamente incorporado a la estrategia competitiva de la entidad jurídica, no solo facilita la consecución de sus objetivos de negocio, sino que los incrementa, por suponer una ventaja competitiva muy apreciada por actuales y futuros clientes.
Ahorro de gastos
El adecuado Modelo Compliance Integral establecido evita, en la mayoría de casos, que un riesgo, con consecuencias civiles y penales, se materialice, lo que implicaría tangibles sanciones y gastos asociados e intangibles repercusiones negativas en la imagen y reputación corporativa, con tangible lucro cesante de negocio muy probable, amén de repercusiones penales muy tangibles, tanto personales, como empresariales (desde multas y prohibición de trabajar para las Administraciones Públicas, hasta la desaparición de la entidad jurídica). Una vez más, los costes de NO Compliance superan, y con creces, a los costes de COMPLIANCE.
Incremento del Valor de Empresa
El adecuado Modelo Compliance Integral establecido contribuye, como hemo dicho, a tener una organización más trasparente, visible, ordenada y eficiente, desde todos los puntos de vista, donde los parámetros de valoración se disparan. Este “indicador” será desarrollado en futuras reflexiones en este foro.
Así las cosas, concluimos en la enorme aportación que un adecuado Modelo Compliance Integral supone para cualquier entidad jurídica, siendo su diseño, implantación y mantenimiento una inversión con contrastado e inequívoco retorno.
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